LA FILOSOFÍA DE HOUSE
Edgardo Malaspina
La
serie televisiva del Dr. House está diseñada bajo los parámetros de muchas
corrientes filosóficas, según se desprende del libro escrito por William Irwin
y Henry Jacoby, y cuyo nombre lleva este
artículo. Y no es casualidad, porque el médico es, entre todos los
profesionales, el más cercano a la Filosofía. Hipócrates así lo entendió cuando
afirmaba que “…No hay una gran diferencia entre la Medicina y la Filosofía”.
Aristóteles también confirmó está relación: “…El filósofo debería comenzar por
estudiar Medicina, y el médico
debería terminar por estudiar Filosofía…”. El
médico es testigo de primera línea del sufrimiento y la muerte, los
verdaderos motores de la Filosofía. Letamendi
lo constata: “Quien no se conmueve ante el dolor
humano no tiene entrañas. Quien no filosofa ante un cadáver no tiene
entendimiento”.
House
como Sócrates y Sherlok Holmes le
intrigan los enigmas y trata de resolverlos
eludiendo el principio de la
navaja de Occam : la explicación más sencilla es por lo general la más
correcta. House es socrático porque lleva “una vida de examen”; y es también
aristotélico al tratar de encontrar en todo una razón. House es ateo (“si Dios
existe, debe darme una evidencia”): “lo que me resulta difícil de creer es el
concepto general de creencia: la fe no se basa ni en la lógica ni en la
experiencia”, “por lo general los
argumentos racionales no surten efecto
en la gente religiosa, de lo contrario, no habría nadie religioso”, dice, y
remata que los religiosos al cruzar una calle confían más en mirar a ambos lados antes de ponerse en
manos de Dios. House tampoco cree en una
vida después de la muerte (“No hay más allá, sólo hay esto”) y las visiones que
tienen los que han experimentado una muerte clínica (Experiencias cercanas a la
muerte) las explica por la falta de oxígeno, las endorfinas y la serotonina.
Como los nihilistas House piensa que la vida no tiene sentido y “lo único que
cuenta es lo que hacemos aquí”. House es seguidor de Bertrand Russel porque
cultiva la Filosofía no por las respuestas definitivas que demos a las
preguntas, imposibles de corroborar, sino por las preguntas en sí mismas, las
cuales enriquecen la imaginación intelectual y minan la seguridad dogmática que
obnubilan la mente.
House
es existencialista como Jean-Paul Sartre
y considera las relaciones sociales un verdadero infierno. Sus colegas y los
pacientes son útiles para sus indagaciones diagnósticas; sin embargo, con
frecuencia le irritan mucho y por eso suele maltratarlos. Los otros son una
enfermedad y una necesidad. Pero los demás con sus actuaciones antagónicas
modelan nuestra personalidad y determinan nuestro potencial como individuos.
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